A veces me pregunto ¿por qué no decimos lo que sentimos? ...
Tengo la certeza de que vivimos en una cultura charlatana de razones y muda de emociones. ¿Por qué no nos enseñan a decir aquello que realmente llega al corazón, de quien nos escucha, aquello que le ayuda a crecer en seguridad y en autoestima?
¿Por qué no hablamos a nuestros hijos de la Muerte, cuando su mascota desaparece de casa?, ¿porque queremos protegerles tanto? Pensad por un momento, ¿no es mejor explicarles con palabras fáciles y ejemplos cercanos, algo que vivirán muchas veces a lo largo de su vida? la pérdida...
De este modo podemos ayudarles a expresar sus sentimientos, a crear recursos para enfrentarse a estas situaciones y compartir con ellos el dolor.
¿Por qué en lugar de decirles que su mascota se ha escapado y hacer como que no pasa nada,... no les enseñamos a hablar de esa pérdida, a llorar con ellos su falta y a mostrarles que lo que sienten es normal, ante una situación que, por suerte no lo es?
¿No es mejor que cuando echen de menos a ese animalillo puedan comentarlo, compatirlo y sean escuchados, con mimo, con interés y naturalidad?
Nuestros hijos aprenden mucho, muchísimo de nosotros, ellos confían en lo que les enseñamos. ¡No tengamos tanto miedo de llorar con ellos, de decirles que les queremos o que los echamos de menos cuando así lo sentimos, no evitemos educarles en sentimientos, les haremos un gran favor y... seguro que nosotros también aprenderemos mucho de la experiencia¡